TOROS VISTOS Y TOROS POR VER

C OMO San Fermín, como cada año, la feria de Tudela ha comenzado su cuenta atrás. Los carteles taurinos ya son públicos. Al verlos, al leerlos, se confirma que la empresa, los Chopera, se ha salido con la suya contra los deseos del ayuntamiento y de la gran mayoría de tudelanos.
Pese a ello, los carteles, sobre el papel, resultan atractivos y responden a la costumbre taurina de Tudela, que siempre ha sido más torerista que torista, aunque en los últimos esta tendencia se iba invirtiendo. Sobre todo, desde que la capital ribera comenzó a celebrar sus encierros con los toros que se iban a lidiar por la tarde, al estilo de Pamplona, Tafalla o Sangüesa.

Por tercer año consecutivo, se anuncia una corrida de toros de Victorino Martín para Ferrera, Urdiales y Aguilar. Bienvenida. Este hierro da prestigio a cualquier feria. La pena es que se lidiarán unas horas después del cohete y, por tanto, no correrán el encierro matinal, tradición multisecular de Navarra. Si a esto le añadimos que, al parecer, las peñas no irán a la plaza y que otros muchos tampoco, por eso del jolgorio o la resaca del cohete, van a ser los Victorinos menos vistos de la historia de Navarra.

Y respecto a las otras dos ganaderías -Marca y Torrealta-, habrá que ver los ejemplares que lleguen a Tudela, porque ya se sabe que cuando se anuncian figuras, el trapío de los toros desciende y éstos aparecen más cómodos, sobre todo en lo relativo a sus defensas. Seis de Marca, dos de ellos para rejones, para Hermoso, El Juli y Luque, atractiva terna. Veremos qué diferencia hay entre los de rejones y los de a pie. Y más de preocupar se antoja la presentación de los Torrealta, cuando ante ellos se anuncian, además de El Fandi, dos mediáticos, que atraen más por lo que son que por su toreo.

En cualquier caso, los tres carteles resultan lo suficientemente atractivos para que, pese a la crisis y la injusta ausencia de Francisco Marco, los tudelanos acudan a la plaza. Otra cosa será ver sus caras al salir de ella. Ojalá se diviertan como nunca, peñas incluidas, como debe ser.