El egipcio Mohamed Zidan puso al rojo vivo el duelo de los 'eternos rivales' a tres días de que Egipto y Argelia se vean las caras en las semifinales de la Copa Africa de fútbol. "Es un partido a vida o muerte, será como una guerra", bufó el delantero del Borussia Dortmund después de la victoria de Egipto el lunes por 3-1 tras una prórroga contra Camerún.
Los argelinos, en cambio, intentan quitar explosividad al encuentro del jueves en Benguela (Angola). "Ha de ser sólo deporte y nada más", dijo el entrenador, Rabah Saadane. En noviembre estallaron graves desórdenes en torno a los partidos de clasificación para el Mundial de Sudáfrica entre Egipto y Argelia. Primeramente, los egipcios ganaron por 2-0 en El Cairo, logrando un partido de desempate con su vecino norteafricano. Pero en el viaje del aeropuerto al hotel, cuatro jugadores aegelinos resultaron heridos por las piedras lanzadas por los 'hooligans'.
Después de que cuatro días más tarde los argelinos se clasificasen para el Mundial al triunfar por 1-0 en el terreno neutral de Sudán, se incrementaron los desórdenes. Aficionados argelinos hirieron en Jartum a 21 egpicios y en El Cairo unos 2.500 egipcios protestaron ante la embajada de Argelia. Egipto retiró temporalmente a su embajador de Argel.
"Ahora tenemos la oportunidad de demostrar que merecimos clasificarnos para el Mundial. Este partido es tan importante para nosotros como la final", dijo Zidan, de 28 años. "Ahora todos verán cuál es el mejor equipo, somos mejores y no tenemos presión porque somos los campeones", agregó.
"Habría preferido no enfrentarnos a Argelia. Un partido entre nosotros y ellos no tiene comparación en todo el mundo". Egipto, defensor del título continental, cimentó el lunes con la victoria sobre Camerún su fama de equipo al que le va bien el torneo. Y ahora quiere ser el primer país en ganar la Copa por tercera ver consecutiva. "Eso sería un gran honor para nosotros", dijo Zidan.