Miguel Ángel Perera ha escuchado los tres avisos por su lamentable fallo a espadas en el tercer toro de la tarde en el quinto festejo de la Feria de El Pilar de Zaragoza, un aburrido y largo espectáculo de casi tres horas que ha resultado soporífero sobre todo por el deslucido comportamiento de los tres últimos toros de El Puerto de San Lorenzo. Luis Francisco Esplá no ha tenido la retirada soñada, pues aunque ha sido emotiva no pudo ser lucida. Por su parte Enrique Ponce cortó una oreja del segundo.
Perera dio mucho tiempo al segundo, al que hizo todo a favor para ayudarlo a romper hacia delante, un astado que no fue fácil, al que instrumentó una larga faena. Sin embargo, no lo vio claro con la espada y pinchó reiteradas veces, lo que hizo que el Presidente mandara los tres recados. El deslucido sexto no le dio opción y el extremeño volvió a fallar con la espada.
Ponce paseó el trofeo del segundo, al que hizo una faena paciente ante un toro flojo al que le costaba romper hacia delante. El de Chiva lo ha entendido a la perfección y ha brillado toreando al natural sin obligar a su oponente, toreando con mucha suavidad. El flojo y parado quinto no le permitió lucimiento.
Antes Luis Francisco Esplá, al que le hicieron entrega de una placa por su despedida de los ruedos, protagonizó una voluntariosa faena con el flojo primero aunque no pudo lucir. No pudo resarcirse en el cuarto, que tampoco le permitió brillar.