Antonio Ferrera ha cortado una oreja de gran peso a un animal fiero y encastado de Antonio Bañuelos con el que libró una batalla intensa y emocionante en el octavo festejo de la Feria de El Pilar de Zaragoza. El ejemplar, bajo y muy abierto de cuerna, se quedó sin atemperar en varas y arreó en banderillas, donde el torero ofreció un gran espectáculo al tiempo que concentró la atención del respetable en el último tercio.
En la muleta acometió el astado con bravura y motor y el torero dio la cara y domeñó su acometida en una labor muy importante, estructurada sobre el pitón derecho que aunó emoción e intensidad y fue rematada de un certero espadazo. El quinto también ofreció posibilidades aunque sin tanta emotividad y Ferrera cubrió un gran tercio de banderillas -soberbio el último al quiebro- y después trató de llevarlo a su altura y, perdiendo pasos entre muletazo y muletazo, dotó al trasteo de cierta consistencia, pero falló con los aceros.
Antes, José Luis Moreno anduvo muy por encima del que rompió plaza, un ejemplar áspero y con genio que no dio facilidades. Al cuarto, noble y rajado, tardó en decidirse plantearle batalla en las tablas donde se acabó justificando en el tramo final del trasteo. Urdiales por su parte no tuvo opción con el sobrero de Palla, manso de solemnidad, y lo intentó con el sexto al que extrajo una serie de buen corte sobre la mano derecha en el comienzo de la faena.