El extraordinario rendimiento que está ofreciendo Mesut Özil en el Mundial de Sudáfrica ha eclipsado al resto de futbolistas germanos que están protagonizando el cambio de estilo del, hasta ahora, rocoso fútbol alemán.
Uno de esos jugadores que se mueve en un discreto segundo plano es Marko Marin. El menudo centrocampista (168 cms., 60 kgs.) cuajó una sensacional campaña con el Werder Bremen (50 partidos, 7 tantos), pero la extraordinaria competencia que existe en su zona de influencia apenas le ha permitido acumular minutos con la Selección de Alemanía (31 en lo que va de Copa del Mundo).
Pese a todo, el talento del mediapunta no ha pasado desapercibido. De hecho, según indicó anoche la Cadena Ser, uno de los grandes clubes de la Liga española, el FC Barcelona, ha intensificado la vigilancia sobre este jugador cuyo perfil se adapta perfectamente al estilo de juego culé.
Aunque ha sido su papel en el Weserstadion el que ha impulsado su caché, el futbolista surgió de la cantera del Borussia Mönchengladbach, equipo con el que disputó 68 encuentros de Bundesliga (8 tantos).