El excelente juego desplegado por el FC Barcelona en las dos últimas temporadas y la sucesión de títulos han limitado las consecuencias de la nefasta política de fichajes que ha seguido el conjunto catalán desde la llegada de Pep Guardiola.
En la deprimente lista de refuerzos fallidos figuran Martín Cáceres, Alexander Hleb, Henrique o Keirrison, pero hay otros dos jugadores que ejemplifican aún mejor este despropósito.
El primero es Zlatan Ibrahimovic, ariete por el que Barça pagó 65 M€ y al que ahora se quiere vender casi a cualquier precio. Y algo parecido, o peor, ocurre con Dmitro Chygrynskiy.
El ucraniano fue una petición expresa e insistente de Guardiola y la directiva, tras una larga y dura negociación, tuvo que gastarse 25 M€ en su traspaso. Ahora, tras comprobar que el nivel del central se encuentra a años luz del que muestran Gerard Piqué, Carles Puyol o Gabi Milito, el club no descarta devolver al defensa al Shakhtar Donetsk, escuadra que, según RAC-1, desea recuperar al futbolista por un precio sensiblemente inferior al de su venta. Un negocio redondo.