La única película de terror del cineasta Stanley Kubrick, El resplandor, cumple el domingo 30 años de vida. El estreno del filme en EE UU, hoy considerado de culto, tuvo entonces una acogida muy fría, llegando a recibir feroces críticas y hasta dos Razzies, los anti Oscar.
"Cuanto más loco se vuelve Nicholson, más idiota parece", dijo Variety. "Duvall transforma a la cálida y comprensiva esposa de la novela en una histérica casi retrasada", añadió. La película tampoco obtuvo el visto bueno de Stephen King, en cuya novela se basa la cinta.
La historia atrajo a Kubrick porque pensó que era "la más ingeniosa y excitante de ese género" que había leído. "Poseía un extraordinario balance entre lo psicológico y lo sobrenatural", dijo el director según una biografía de Michel Climent. Todo en El resplandor infunde tensión.
"¡Johnny está aquí!"
Desde la aterradora banda sonora de la secuencia inicial, con la cámara aérea recorriendo el paisaje del monte Hood, en Oregón, pasando por la esquizofrénica interpretación de Jack Nicholson (su "¡Johnny está aquí!"), hasta su siniestro y laberíntico final; todo es puro miedo.
Acompañan en el reparto a Nicholson Shelley Duvall y Danny Lloyd, entre otros. King no estuvo de acuerdo con la elección de Nicholson, como tampoco lo estuvo cuando consideró para ese papel a Robert De Niro, Robin Williams y Harrison Ford. Su opción preferida fue siempre Jon Voight.
"Yo lo haría todo diferente. Kubrick hizo una película de terror sin aparente conocimiento del género", apuntó el novelista, quien no obstante escribió el guión y produjo una nueva versión en forma de miniserie, dirigida por Mick Garris en 1997, que no alcanzó la misma popularidad.
Número de habitación ficticio
Lo que es indudable es que Kubrick dio en el clavo al contar con Danny Lloyd para dar vida a ese pequeño con poderes extrasensoriales, acosado por las premoniciones y visiones de muertos, que se pasea en triciclo por los kilométricos y opresivos pasillos del hotel ajeno a lo que se avecina.
Por suerte para el hotel verdadero donde se rodaron los exteriores del filme, el Timberline Lodge de Oregón, -el resto se grabó en Inglaterra-, Kubrick cedió a la petición de que no se usara un número real de habitación por miedo a que jamás fuera usada por los clientes.
Entre el espectacular diseño de producción y el exigente trabajo de Kubrick con los actores -el rodaje se alargó un año y algunas tomas se repitieron hasta 85 veces-, El resplandor se convirtió, según la revista Newsweek, en "la primera película épica de terror".