Con un set iguales, pese a recuperar un 'break' y ganar un punto en el tercero, Gael Monfils apoyó las
manos en sus rodillas y tomó aire, mucho aire. A continuación, tras una embestida de Nadal que puso nuevamente
en riesgo su servicio, reclamó directamente el auxilio del público.
No resistía el empuje del hombre que el próximo lunes volverá a ser número dos del mundo
si gana a González en cuartos. De no ser así, podría serlo Djokovic ganando el torneo. Rafael Nadal jugará
por tercera vez los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos tras derrotar a Monfils, decimotercer cabeza
de serie, por 6-7 (3), 6-3, 6-1 y 6-3. Se enfrentará a Fernando González, a quien ha vencido en los últimos cinco
enfrentamientos, el más reciente en las semifinales del torneo de Roma, la pasada primavera.
El español jugó su partido más completo en lo que va de torneo y arrojó buenas noticias sobre su estado físico.
Los problemas en la región abdominal que le venían aquejando en las últimas fechas no parecieron incomodarle
demasiado. Sirvió bien, se movió con fluidez y recobró el espíritu guerrero y ganador que tanto cautiva al público
neoyorquino, entusiasmado con disfrutar de su ídolo en la Arthur Ashe y en la sesión nocturna. Los menos fieles
se conformaron con una modesta ración de batalla. Concluido el tercer set, y ante la escasa resistencia que presentaba
Monfils, empezaron a abandonar la grada. Eran ya las once y media de la noche de una jornada laboral y el partido
no parecía dar para mucho más.