Aunque ya se han producido los primeros sondeos, los contactos más intensos deben acelerarse en las próximas horas ya que no hay vuelta de hoja tras la decisión tomada por el jugador.
En principio, el Barça estaría dispuesto a alcanzar una cifra cercana a los 35 millones de euros, pero el Arsenal tensará al máximo la cuerda antes de desprenderse de su jugador más emblemático.
En Inglaterra están convencidos de que los ‘gunners’ sólo aceptarán el traspaso por unos 45 millones de euros, es decir, diez más de los que el Barça quiere ofrecer. A partir de entonces, ambas partes deberán tratar de llegar a un acuerdo intermedio en el que no se descarta que entren futbolistas. La negativa de Touré, un jugador deseado por Wenger, es un contratiempo en la operación, aunque ni mucho menos decisivos para que Cesc acabe vistiendo de blaugrana la próxima temporada.
El presidente del Barça, Joan Laporta, confirmó ayer que el club realizará “un esfuerzo si la secretaría técnica lo pide” y, sin duda, el d’Arenys está situado en el primer lugar de las prioridades sobre todo después de haberse alcanzado un acuerdo con David Villa. La negociación con el asturiano era la más avanzada y la siguiente que debe acelerarse es la de Cesc Fàbregas.
Eso sí, el Barça no quiere pagar cualquier precio ya que, como dijo Laporta, “el caso de Cesc es singular porque formaba parte de nuestro fútbol base”. Por tanto, el club deberá repescar a un jugador que ya era de su propiedad, pero que se ha ganado a pulso su paso al Camp Nou.