El Power Electronics Valencia confirmó hoy con su trabajado triunfo ante un flojo Gran Canaria 2014 y la derrota del DKV Joventut su condición de cabeza de serie para el sorteo de la Copa del Rey.
El choque cumplió el guión previsto entre un equipo, el valenciano, que continúa invicto esta temporada como local, y otro, el canario, que visitaba la Fonteta tras seis derrotas seguidas como visitante y que se marchó de Valencia con una más en la maleta y habiendo perdido todas sus opciones de estar en la Copa.
Dos faltas en los primeros dos minutos de Jaycee Carroll, marcaron el inicio del choque. Pedro Martínez se vio obligado a llevarlo al banquillo y mientras el equipo grancanario de quedaba sin su líder natural, Matt Nielsen, su homólogo en el Power Electronics, tiraba del equipo local tanto en ataque como en defensa.
La rotación local, especialmente la entrada de José Simeón, Thomas Kelati y Serhiy Lishchuk, le permitió aumentar un punto más su nivel defensivo y cegar por completo las líneas de pase del conjunto insular, que estuvo casi cinco minutos sin poder anotar una canasta en juego (38-19, m.14).
Verse doblado en el marcador, espoleó al equipo canario y Sitapha Savané asumió el protagonismo anotador. Poco a poco fue asentando su juego y la combinación de una ligera relajación local con una presión visitante en toda la pista provocó tres pérdidas que en el minuto antes del descanso que estrecharon el marcador (49-37, m.20).
Pero el paso por el vestuario devolvió el encuentro a su guión original. De salida, Spahija volvió a apostar por el joven Simeón, que con sus revoluciones despertó a los locales del letargo en el que habían caído en el tramo final de la primera parte. Los puntos de Claver y Kelati permitieron despegar de nuevo a los locales en el marcador con una nueva exhibición de juego de equipo en los dos lados de la pista.
Anulado por completo Carroll, que defendido por Rafa Martínez y Kelati realizó su peor anotación de la temporada en esta visita a la Fonteta, y desaparecidos tanto Norris como Sander, tuvieron que ser de nuevo Fisher y Savané los que tiraran del carro visitante para evitar una derrota escandalosa (66-44 m.25).
Para evitar el desastre, Martínez volvió a adelantar la línea de presión defensiva de su equipo pero tras un breve atisbo de reacción, el Gran Canaria volvió a darse de bruces con la realidad de un equipo que se mostró mucho más agresivo en todas las facetas del juego.
El final del choque fue una fiesta para la afición local, que celebraba ya la clasificación como cabeza de serie para la Copa, y un drama para los visitantes, que casi acabaron el encuentro doblados en valoración ya que los locales acumularon 111 por los pírricos 56 de los visitantes.