"Me he sentido el mismo de antes del accidente".
Todo bien, ningún problema". Ésas fueron las primeras palabras de Felipe Massa al bajarse del F2007 con ruedas de GP2 con el que rodó ayer en Fiorano (Italia). Era un perfecto resumen de las sensaciones del brasileño tras dar 33 vueltas (rodó cien kilómetros) bajo una lluvia que entorpeció la prueba que había comenzado a las 10:45. A esa hora, 79 días después de que un muelle del coche de Barrichello impactara contra su cabeza en la calificación de Hungría, el compañero de Alonso en Ferrari en 2010 se montaba en el monoplaza para dar la vuelta de instalación.
Minutos después de acabar, relató la experiencia: "Parecía que no hubiera pasado nada. No he tenido ningún problema en la vista y hoy estaría preparado para hacer no una, sino dos carreras seguidas. Obviamente hay que respetar los plazos y precauciones, pero subido al coche puedo decir que me he sentido el mismo de antes del accidente".
Tras el reconocimiento que pasó en París, los médicos descartaron problemas en su ojo izquierdo, así como ninguna lesión neurológica, pero el propio piloto se quedó más tranquilo ayer: "Era importante demostrar a las personas que trabajan conmigo que nada ha cambiado, que puedo ser competitivo y que contribuiré a preparar el nuevo coche para luchar por el título en 2010. Estaba seguro al 95% y ahora he cancelado ese 5% residual de duda que todavía pudiera tener". De momento, deberá quitarse el ansia de competición dando el banderazo de meta al ganador del GP de Brasil.