Pese a que John Carpenter nos había entregado dos impepinables capítulos de la serie 'Masters of Horror (Masters of Horror)' en 2005 ('Cigarette Burns') y 2006 ('Pro-life'), su último largometraje propiamente dicho data de hace ya nueva años: la estimulante 'Fantasmas de Marte (Ghosts of Mars)' -inauguró Sitges 2001-; así que aunque normalmente el levantarnos a las siete de la mañana para llegar desayunados a la primera proyección suele ser algo parecido a una tortura camboyana, en esta ocasión la prensa amaneció enchufada y con los ojos vidriosos deseando contemplar el nuevo producto del creador de obras maestras como 'La noche de Halloween (Halloween)', 'La cosa (The Thing)' o 'Golpe en la Pequeña China (Big Trouble in Little China)'. Pues bien: John Carpenter no suele decepcionar nunca, así que era bastante raro que fallara en 'The Ward', una nueva lección de clasicismo terrorífico en un género hiperpoblado de efectismos, variaciones innecesarias y escatologías varias. La historia es sencilla: en un pabellón de un psiquiátrico habitan cinco mujeres... y un fantasma cuyo único fin es ir matándolas una a una. Un juego hiperbólico que mira a Fuller (y al Scorsese de 'Shutter Island') despojando de cualquier artificio innecesario la narración y centrándose en el perfecta dosificación del suspense y los aterradores golpes de efecto. Cuánto necesitaba el cine más obras de Carpenter, madre mía. Hoy estamos de celebración.