La Real lleva meses siguiendo al delantero uruguayo Diego Ifrán, del Danubio de su país. Los técnicos blanquiazules le han visto in situ en repetidas ocasiones desde hace bastante tiempo, pero en marzo todo este minucioso seguimiento sufrió un serio traspiés. Ifrán se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha en un entrenamiento y está en el dique seco desde entonces.
Esa grave lesión es un contratiempo importante. La Real mantiene su interés en el jugador pero, como es natural, está preocupada por esa rodilla. De hecho, el club blanquiazul está valorando la posibilidad de asegurarse derechos sobre el jugador pero que éste complete su recuperación en Uruguay y vuelva a jugar en la Liga de su país para certificar que está recuperado. Si es así, la Real podría incorporarle en el mercado de invierno. Es una opción, pero no hay nada cerrado.
Ifrán apura la última etapa de su recuperación, pero en ningún caso podría llegar a tiempo para el inicio de Liga. A los técnicos y directivos realistas no se les escapa el coste que tendría, a todos los niveles, fichar a un jugador que no está aún para jugar en un año tan importante como el del regreso a Primera. En cuanto a las condiciones económicas del traspaso, serían cifras asumibles para la Real.
El perfil personal del jugador también gusta. Los que le conocen hablan de una persona humilde y trabajadora. Discreta, con un carácter opuesto al de Carlos Bueno. En cuanto a su perfil futbolístico, Ifrán destaca por su velocidad y su olfato goleador. Es rápido, pequeño y se siente cómodo dentro del área. Salvando las distancias, un jugador del estilo de David Villa.