Del Potro, convertido ya en el quinto jugador más joven de la historia que conquista el último
Grand Slam del curso, entre nombres como los estadounidenses Pete Sampras, Andre Agassi, John McEnroe o
el ruso Marat Safin, reverdece los mejores momentos del tenis sudamericano. El reflejo de Guillermo Vilas, el
único en vencer en Nueva York, en 1977.
Del Potro ha interrumpido la trayectoria de la mejor raqueta de la historia. Ha derribado a un gigante que pretendía su cuadragésima primera victoria seguida. No perdía el helvético desde los octavos de final del 2003. Ante otro argentino, precisamente, David Nalbandián, que no terminó de consolidar el impulso del talento que se le presumía
En plena efervescencia, el tenista argentino empezó a jugar. Soltó el brazo y levantó el puño. Inclinó el partido
a su favor. Pero cuanto más cerca lo tuvo, se desvió. Dos dobles faltas le condenaron a la derrota de la manga
con Federer al resto. Le invadió la presión.
Juan Martín del Potro se agigantó en el quinto set. De entrada rompió el servicio de Federer, errático con la derecha. Excesivamente fallón. Rehuido de los intercambios largos. El argentino se amarró a la situación. Única en su corta historia. El saque le dio tranquilidad mientras el trono del helvético se tambaleaba. Bajó los brazos el suizo, que se alejó de la gloria y de más récords, aún pendientes de batir.
Queda con cuarenta victorias consecutivas Federer, 2191 días sin conocer la derrota. A la orilla de los seis títulos consecutivos que no se alcanzan desde 1925, cuando Bill Tilden firmó aquella inigualable racha.