Pedro Rodríguez no podrá olvidar esta larga temporada que acaba de concluir. Durante el curso 2009-2010, el canario ha podido añadir a su ya extenso currículum un nuevo título de Liga y el trofeo con el que sueñan todos los futbolistas, la Copa del Mundo. Pero hay mucho más.
Este año, el delantero ha superado su condición de promesa para convertirse en una de las nuevas estrellas del fútbol español. Los 34 partidos acumulados en el torneo liguero (12 tantos) o el hecho de haber mostrado su eficacia goleadora en casi todas las competiciones que ha disputado (sólo le faltó el Mundial) son simples confirmaciones estadísticas de su espectacular progresión.
Como consecuencia lógica de su ascenso mediático, el atacante acaba de ver como su nombre se cuela, según The Sun, en una agenda de futuribles del Chelsea en la que también tienen cabida otros dos mundialistas: el alemán Sami Khedira y el portugués Fabio Coentrao.
Eso sí, su desembarco en Stamford Bridge se antoja muy complicado, casi imposible. El FC Barcelona no contempla ni la más remota opción de venderle y el jugador le debe buena parte de lo que es a la confianza de la entidad azulgrana y de su actual técnico, Pep Guardiola. Un idilio así no lo rompe ni la Premier.