Fichado para fomentar la competitividad en la delantera, el brasileño Keirrison no ha llegado a lucir, ni un solo minuto, la elástica del FC Barcelona. Desde que aterrizó en la capital catalana, Pep Guardiola desconfió de sus cualidades y el club se vio obligado a buscarle cobijo en diversos equipos.
Para empezar, el ariete se marchó al Benfica, escuadra que, en teoría, debía darle la oportunidad de acumular un buen número de minutos. Sin embargo, su incapacidad para adaptarse al fútbol europeo y sus deprimentes estadísticas (7 partidos, 0 tantos) propiciaron el adiós anticipado al cuadro lisboeta.
El pasado mes de enero, el jugador fue cedido a la Fiorentina, pero su rendimiento (11 encuentros, 2 goles) tampoco ha convencido a una escuadra viola que ya le ha comunicado al Barça su deseo de renunciar al segundo año de cesión.
Desesperada por encontrarle una salida, la directiva culé estudia ahora, según Sport, la posibilidad de cederle a algún equipo brasileño por unos 2,8 M€, cantidad que se encuentra a años luz de los 14 M€ que recibió el Palmeiras hace sólo un año, pero que serviría para amortizar su fichaje, al menos, durante una temporada.