Un hipotético trueque con Ibrahimovic de por medio no será fácil. Son muy pocos los candidatos capaces de entrar en una operación tan delicada que permita zanjar la salida del delantero sueco con un acuerdo entre todas las partes implicadas. Sin embargo, el Barça cuenta con factores que pueden ser decisivos a su favor. De entrada, la voluntad de los tres cracks que baraja Sandro Rosell en sus informes y que arden en deseos de abandonar sus respectivos clubs para recalar cuanto antes en el vestuario del Camp Nou.
El presidente electo planteó en su reunión con Pep Guardiola tres opciones para resolver la posible salida del delantero sueco: Fernando Torres, Robinho y Pato. El trío de aspirantes reúne un denominador común, fundamental para entablar negociaciones formales con sus actuales clubs, y no es otro que su interés por emprender otra apasionante aventura futbolística en el Barcelona.
El primero es Fernando Torres. El delantero ha planteado en los últimos meses un escenario muy diáfano. Con Benítez lejos del Liverpool, el delantero considera que su etapa en Anfield ha finalizado y está por la labor de forzar su salida. Su principal deseo es retornar a la Liga española y, a ser posible, en un equipo que no sea el Real Madrid. Las alternativas son evidentes: iniciar una segunda etapa en el Atlético Madrid, imposible por cuestiones económicas, o su fichaje por el Barça, con quien lleva años coqueteando. Es una vieja aspiración de Rosell.
El caso del brasileño Robinho es mucho más simple. De entrada porque ha sido el Manchester City quien ha abierto las puertas del trueque en su reciente visita a las oficinas del Camp Nou. El brasileño tiene asumido que debe dar un paso al frente y demostrar que ha recuperado el nivel de juego perdido a su paso por Inglaterra. Ha amenazado con declararse en rebeldía por su pésima relación con el técnico Roberto Mancini y espera realizar una gran actuación en el Mundial de Sudáfrica para demostrar a Guardiola que merece una segunda oportunidad en la Liga. Hará lo que haga falta para desvincularse del Manchester City si el Barça entra en negociaciones.
La tercera vía es más delicada. El caso de Pato ha sido más inesperado. El Barça lleva semanas esperando la llamada del Milan para saber hasta dónde llega la oferta económica de Berlusconi por Zlatan Ibrahimovic. Laporta siempre ha esperado una propuesta en firme y no ha sido hasta la irrupción de Sandro Rosell cuando se ha insinuado la opción de negociar un intercambio de delanteros. Una lesión que le mantuvo varias semanas en el dique seco, unos problemas de índole personal y su exclusión de la selección de Brasil contribuyen a que Pato quiera pasar página a su etapa en el Calcio. La Liga española y el Barça son el destino ideal para un jugador convencido que su estilo le va como anillo al dedo al sistema de juego azulgrana.
Pep debe valorar todas las alternativas. El mercado concede un margen de maniobra muy escaso y no es cuestión de dejar pasar excesivos trenes. Rosell espera respuestas.