Hasta que Pep Guardiola tomo las riendas del equipo, la posición de Víctor Valdés era sumamente frágil. El arquero combinaba actuaciones de mérito con errores garrafales y su credibilidad se diluía a pasos agigantados. Sin embargo, el técnico de Santpedor tiró de varita mágica para dotar de aplomo a un meta de excelentes cualidades físicas que sólo necesitaba recibir una considerable dosis de confianza.
Convencido ya de su valía y de su enorme margen de progresión, el FC Barcelona busca ahora un cancerbero que sea capaz de cubrir las ocasionales bajas del internacional español y que, de paso, estimule la competitividad por el puesto.
Uno de los teóricos candidatos es Stephane Ruffier, guardameta galo que también se ha colado en la agenda del Athletic de Bilbao y de multitud de clubes europeos. «Sé que la Juventus y el Bayern vinieron a verme. También sé que la gente del Barcelona me vino a ver contra el Montpellier y que hay interés de otros clubes italianos. Me hace feliz saberlo, pero no quiero ilusionarme demasiado», indicó.
Eso sí, en sus declaraciones al diario L’Equipe, el actual meta del Mónaco (79 partidos) aseguró que no desea marcharse a un equipo que le condene al banquillo. «Como he dicho siempre, unirme a un gran club europeo es una de mis metas, pero no quiero quemar etapas. Si firmo por un gran club y no juego, no sirve de nada», concluyó