Tarde de contrastes, marcada por el fuerte percance sufrido por Julio Aparicio que consternó la plaza desde el comienzo de un festejo que levantó El Cid en el último toro. Después de tres sobreros y casi dos horas y media de espectáculo el diestro sevillano, muy metido toda la tarde en el festejo, arrancó la oreja del animal que cerró plaza -un gran toro de Juan Pedro Domecq- después de una faena emotiva que le sirve para salir a flote y reencontrarse con el público que le encumbró en su día. En medio, Morante, dejó su sello con el capote en el quinto, pero la condición de los toros no le sirvió para redondear su tarde.
Julio Aparicio ha sido herido en la parte inferior de la barbilla en la corrida de toros celebrada en la plaza de toros de Las Ventas. El percance se produjo cuando el torero perdió pie a la salida de un muletazo y, una vez en el suelo, el animal hizo por él. Julio Aparicio fue inmediatamente trasladado a la enfermería de la plaza de toros donde ha sido intervenido por el Cirujano Jefe Máximo García Padrós de una cornada que atraviesa la lengua y rompe el maxilar.
También El Cid fue volteado de manera muy aparatosa en el comienzo de faena al segundo. El sevillano se puso a torearlo por el pitón izquierdo casi sin probar al toro y en el tercer muletazo prendió al torero por el muslo derecho a la altura del Triangulo de Scarpa y lo zarandeó de forma violenta. Aunque en un primer momento parecía que también estaba herido, el de Salteras permaneció en el ruedo y se plantó con firmeza entre los pitones del toro ganándose el reconocimiento del respetable.
Después, lidió un sobrero de Gavira cinqueño, estrecho de sienes y astifino que blandeó en los primeros tercios pero en la muleta a pesar de su poca fuerza acometió con ritmo y suavidad y ritmo sobre todo por el pitón derecho. Por ese lado, estructuró la faena El Cid de la que destacaron las dos primeras series sobre esa mano. Luego, por el izquierdo, el toro repuso más las embestidas y la faena a pesar de la decisión del torero perdió ligazón e intensidad. Después de una estocada trasera ha saludado una fuerte ovación desde el callejón.
El desquite llegó en el sexto, toro de gran clase de Juan Pedro Domecq, al que saludó con elegancia el de Salteras. Lo lidió perfecto El Boni, se lució en banderillas la cuadrilla de Aparicio y El Cid lució al toro en la distancia. Galopó el toro, humilló dos trancos antes de tomar el engaño y permitió al torero construir tres series de cinco y hasta seis muletazos con la derecha que elevaron alto la faena. Con la izquierda el acople no fue el mismo y de vuelta a la derecha, igual de limpio pero menos profundo, El Cid cerró una faena que le valió una oreja que le debe dar moral y optimismo de cara al futuro.
Morante de la Puebla abrevió con el tercero, un jabonero de escasa raza y poca clase y dibujó lances de categoría al sobrero de Maria del Carmen Camacho (quinto tris) que saltó a la arena tras devolverse el titular de Juan Pedro y el segundo sobrero de Gavira. Tuvo el toro poca entrega, no se acabó de desplazar en el saludo y se agarró al piso en el último tercio, donde Morante lo intentó sin resultado.