Carlos Sastre, vencedor del Tour 2008 y tercero en el Giro en la pasada edición, acude a la carrera italiana "con dudas" tras un proceso de descanso de ocho meses y otros tantos días de competición, pero con la idea de "luchar por el podio" en un recorrido favorable a los escaladores.
"El año pasado estaba agotado física y mentalmente. Ahora no es el caso. He hecho la Volta a Cataluña y la Lieja-Bastoña, apenas ocho días de competición, por lo que hay dudas sobre mi estado físico. Esas también las tengo yo, pero son las que me ayudan a entrenar y superarme. A pesar de todo voy al Giro a disputarlo, no de vacaciones", señaló Carlos Sastre, quien este jueves partirá a Amsterdam, punto de partida de la 93 edición del Giro.
Sastre, de 35 años y con trece puestos entre los diez mejores en las tres grandes pruebas por etapas, afronta el Giro con energías renovadas, esperanzado en ir adquiriendo la forma en la primera semana de carrera y llegar a la última semana que concentra la alta montaña en disposición de disputar el que sería su séptimo podio entre Tour, Giro y Vuelta. El abulense sabe que en la carrera rosa tendrá menos oposición que en Francia.
"El Giro es el primer y gran objetivo del año. Ahora no sé si voy a ir al Tour. Si voy es porque me he recuperado bien y puedo rendir como yo quiero. Ahora pienso que el Giro es primordial porque no voy a tener tantos rivales como tendría en el Tour. Hay que saber tomar decisiones inteligentes", explicó.
Sastre, quien no acude a Italia preocupado por no conocer las etapas de montaña, "para eso están los directores", dice, acudirá al Giro con un equipo que también han diseñado los técnicos del Cervélo, sin hacer consultas específicas al ganador del Tour 2008.
"Los directores creen que los corredores convocados reúnen los requisitos para esta carrera según las necesidades que vamos a tener. No quise entrar a elegir yo a los compañeros para que nadie se sienta perjudicado", señaló.
Sastre recordó que en 1999 y 2006 subió el Mortirolo, uno de los colosos en la montaña del Giro, "un puerto muy duro, tipo Angliru, pero más largo y un 11 por ciento de desnivel medio. Para mí el puerto más duro es el Mont Ventoux, el peor de los que he subido". El líder del Cervélo se olvidó de la competición durante 8 meses que han sido necesarios, imprescindibles para recuperarse y volver con ganas. "El año pasado con el proceso de formación del equipo acabé cansado y me pasó factura. Ahora el descanso me permite lo que quiero hacer", precisó.
"El calendario lo he decidido yo. Elegí el Giro porque el año pasado me dejó buen sabor de boca y quiero volver ahora para intentar hacerlo bien. Quiero luchar por el podio ya a eso voy. Será una carrera muy dura que beneficia a los escaladores, sobre todo en la última semana. Es una carrera que ha crecido mucho, no sé si por el regreso de Armstrong, pero me atrae", dijo.
A la hora de precisar los que serán sus principales enemigos en las carreteras italianas, Sastre señaló en primer lugar al actual maillot arco iris, el australiano Cadel Evans. "Entre mis rivales van a estar en primer lugar Cadel Evans, que es campeón del Mundo y ha hecho podio en el Tour, además de llevar una gran temporada, también estará Ivan Basso, un corredor fuerte que sabe lo que es ganar el Giro, y también Vinokourov, que ha vuelto muy fuerte", comentó.
Sastre, que cumple su decimocuarta temporada como profesional es uno de los tres corredores que siguen en activo que han disputado en la misma temporada Giro, Tour y Vuelta, junto al italiano Marzio Bruseghin y el belga Mario Aerts.
Aunque se siente atraído por la Vuelta a España y su recorrido. el abulense irá paso a paso antes de decidir su participación en la misma. De momento, descansado y con nuevas energías luchará por el podio en un Giro con un recorrido a su medida, a pesar de la dureza. "Es un Giro para escaladores", recalcó.