Lo que a primera vista parecía una victoria anunciada, a Nadal le costó conseguirla mucho
más esfuerzo del supuesto. Quinto enfrentamiento el de ayer con el alemán Nicolas Kiefer y, como
las cuatro veces anteriores, el partido cayó de su lado, pero esta vez tras tres horas sobre la pista
Arthur Ashe del US Open donde el marcador reflejaba un 6-0, 3-6, 6-3, 6-4 que a primera vista parecía contundente.
«Podía verlo, podía sentirlo. No se movía tan bien como de costumbre. Hoy, por primera vez, pensé
realmente que podía ganarle», explicaba Kiefer, número 129 del mundo, que desde que se enfrentaran
por primera vez en el Masters de Miami el año pasado nunca se había anotado un set a su favor