El Bayern de Munich se clasificó para la semifinales de la Liga de Campeones, gracias al valor doble de los goles en campo contrario, tras perder por 3-2 en Old Trafford, donde el Manchester United llegó a tener un 3-0
El conjunto bávaro vengó de la manera más dolorosa posible para los "diablos rojos" la derrota de la final del año 1999, en el Camp Nou de Barcelona, porque el conjunto de Alex Ferguson se sintió clasificado antes de tiempo y el de Van Gaal volvió a contar, como en octavos ante el Fiorentina, con el acierto de Robben.
La vuelta de estos cuartos de final fue casi un calco cronológico de lo ocurrido en la ida, ya que los ingleses se adelantaron a los pocos segundos del inicio del partido, demostrando una superioridad casi insultante, para terminar capitulando frente al rodillo alemán. No sirvió siquiera el conejo que se sacó de la chistera el entrenador del Manchester, Alex Ferguson, que reiteró en los últimos días que Wayne Rooney no estaba en condiciones de jugar, tras lesionarse en Munich, para terminar sacando al delantero en el once inicial.
Ya fuera por el "efecto Rooney" o por la presión del United desde el arranque del partido, los jugadores del Bayern parecieron estar todavía en el vestuario cuando Gibson adelantó al Manchester en el minuto 2 y cuando Nani volvió a encontrar puerta en el 6. El primer gol llegó de la mano de Rooney, que al primer toque puso un balón a Darron Gibson al borde del área, desde donde disparó sorprendiendo en el primer palo a un Joerg Butt que estaba tapado.
Era lo que necesitaba el United para ponerse por delante en la eliminatoria cuando la gente aún estaba sentándose en Old Trafford y la diferencia la amplió el portugués Nani cuatro minutos después con un gol de espuela para enmarcar a pase del ecuatoriano Antonio Valencia. De nuevo, la jugada arrancó de las botas de Rooney, que pese a pasarse buena parte de la primera parte cojeando demostró que con su sola presencia y un par de toques de gran calidad marca la diferencia en la delantera del United, aunque se quedara sin marcar.
A partir de ese momento, el partido se volvió loco y estuvo a la altura de la leyenda que acompaña a los enfrentamientos entre ingleses y alemanes, con constantes idas y venidas. Rafael falló lo imposible en el minuto 33 y el Bayern tuvo la oportunidad de igualar las cosas en el minuto 38, pero un mal control del croata Ivica Olic cuando se quedaba solo delante del holandés Edwin Van der Sar le llevó a desperdiciar la mejor ocasión de los bávaros.
En la siguiente jugada llegó el tercero de los locales, gracias a un despiste colectivo de la defensa alemana que permitió al ecuatoriano Valencia servir desde la derecha un balón que cruzó todo el área para que Nani rematara a placer ante Butt. Old Trafford fue una fiesta, pero fiel al mito, el Bayern pasó de estar muerto y casi enterrado a reponerse sólo dos minutos después. Esta vez, el croata Olic no perdonó un mal despeje de Michael Carrick y cruzó la pelota ante la salida de Van der Sar, que a renglón seguido sacó una mano salvadora para sacar un zurdazo envenenado de Robben que iba ajustado al palo tras una gran jugada personal.
La segunda parte empezó con un Manchester mucho más conservador, afectado sin duda por el brusco cambio al final de la primera parte, en la que durante unos minutos se vieron prácticamente clasificados con un 3-0 a favor, para pararse a pensar en el descanso en que un segundo gol alemán les apartaba de su cuarta semifinal consecutiva.
La ansiedad la personificó el joven Rafael que agarró por detrás al francés Frank Ribery a 30 metros de la portería de Van der Sar y se ganó la segunda tarjeta amarilla, circunstancia a la que Alex Ferguson respondió sustituyendo a un renqueante Rooney por el irlandés John O'Shea, que reaparecía tras estar en el dique seco desde noviembre.
Un defensa por su único delantero. El United renunció al ataque y se pasó los siguientes 20 minutos de partido en su campo, repeliendo las constantes llegadas al área del Bayern, con la esperanza de pillar alguna contra, como el mano a mano frente a Butt que falló un exhausto Nani en el 63. Hubo momentos de la segunda parte que se parecían más a un partido de balonmano que a uno de fútbol, con el medio del campo del equipo de Van Gaal basculando de lado a lado en la búsqueda de un hueco en las dos líneas defensivas que construyeron los locales.
El gol pudo llegar en un tiro de Ribery, en un cabezazo de Mario Gómez, pero también en un disparo de Gibson del lado del Manchester, en un partido intenso, de los que hacen grande la Liga de Campeones. La belleza futbolística de la noche se acrecentó con el gol del ex madridista Robben, el hombre más peligroso del Bayern, que enganchó una difícil volea dentro del área, a la salida de un córner, que se coló junto al palo derecho de Van der Sar.
Cosas de Van Gaal, en la siguiente jugada el extremo holandés fue sustituido por el turco Hamit Altintop y el Bayern perdió mordiente de inmediato. Ferguson echó el resto y sacó para los últimos 10 minutos al delantero búlgaro Dimitar Berbatov y al galés Ryan Giggs, pero fue inútil. El Manchester, y el fútbol inglés, por primera vez en las últimas siete temporadas, no estarán en las semifinales de la máxima competición europea, que contarán con presencia española, italiana, francesa y alemana.
Al Bayern le espera el Olympique de Lyon, último obstáculo antes de la final de Madrid y de la que podría ser su quinta Champions.