Abrumado por la prensa sensacionalista, John Terry tiene su mejor aliado en el fútbol y en la competición. Mañana volverá a capitanear al Chelsea en Goodison Park en la defensa de un liderato que sólo amenaza ya (que no es poco) el Manchester United y podrá apartar de su cabeza el run run que le machaca desde hace diez días, los peores que debe recordar.
Y el domingo, el hombre que le degradó, Fabio Capello, debió comprender que la facilidad con que Terry se entrega a los placeres carnales con cualquier modelo que se le ponga a tiro no motiva que cuando de trabajar se trata pierda un ápice de su profesionalidad. Si algunos jugadores del ManCity (curiosamente ninguno de ellos inglés) terciaron de entrada en la polémica dando un apoyo que se antoja curioso a Wayne Bridge, el domingo la absoluta totalidad de la afición del Chelsea le mostró un apoyo incondicional y se repitieron los mensajes en que se dejaba claro que el Terry futbolista se mantiene como el número uno.
“Este es un tema cerrado” se apresuró a advertir Capello el domingo por la noche para cortar cualquier insinuación acerca de un caso cuya trascendencia supera toda lógica. Sí, pero, sin dar tiempo ni a pestañear, el entrenador italiano descubrió que su confianza en el central blue sigue siendo total. “Terry sigue siendo un futbolista muy importante para la selección inglesa” aseveró el técnico, quien incidió en el discurso reconociendo que “es uno de los más importantes del equipo y mi confianza en él sigue siendo total y absoluta”.
“Abrazaría a todos mis compañeros, uno a uno, por el apoyo que me han dado y a toda la afición del Chelsea. Esto no se olvida” se limitó a aseverar Terry tras el partido ante el Arsenal. Y ayer, mezlándose nuevas revelaciones de su escándalo sexual con aspectos meramente deportivos, se descubrió, sin ambajes, que el tipo que ha defendido en 440 partidos la camiseta del Chelsea puede tener una catadura moral infame en su vida personal, pero futbolísticamente es un deportista ejemplar... E imprescindible.
Capello, que le degradó sin pestañear el viernes dando gusto a aquellos que querían carnaza en Inglaterra, pretendió dar una sentencia moral con su decisión de arrebatar a Terry el brazalete de la selección, una cuestión que no es menor en Gran Bretaña. Pero, en su interior, supo que ese capítulo no podía ir más allá. Si de él dependiera, JT ni volvería a jugar con los tres leones... Pero sabe que su ascendente deportivo en el equipo nacional es inigualable.
A fin de cuentas, intocable como es para la hinchada, el futbolista acaba, lógicamente, imponiéndose a la persona.
Hiddink apoya al jugador... y argumenta al entrenador
Amigo de quedar bien con todo el mundo, o enemigo de polémicas estériles, el hoy seleccionador ruso se refirió en términos elogiosos a su ex jugador en el Chelsea: “Me encantó trabajar con él y sé que volverá muy fuerte porque tiene una mentalidad muy robusta”. No quiso decir mucho más pero cuando se le inquirió por la decisión de Capello, Hiddink también se mostró de acuerdo con su colega: “Conozcó bien a Fabio y sé que tomó la mejor decisión