El regreso de Michael Schumacher a la competición hará de 2010 el año con más títulos mundiales sobre la pista en la historia de la F-1. Lewis Hamilton, Jenson Button, Fernando Alonso y el propio Schumacher suman en total 11 campeonatos, una marca muy superior a los cinco que aunaron Juan Manuel Fangio, Giuseppe Farina y Alberto Ascari en 1955 y los cinco que Nelson Piquet y Alain Prost poseían ya en 1985 entre ambos.
Ferrari, liderado por Fernando Alonso, chocará de frente contra el dominio británico de los dos últimos años, la osadía de Red Bull y la nueva escudería Mercedes GP, patroneada por Ross Brawn. Tres enemigos consagrados y dos firmes promesas, Massa y Vettel, esperan al asturiano la próxima temporada.
Ninguno de ellos lo tendrá fácil. El malabarismo que Ross Brawn hizo el año pasado con el reglamento fue una sorpresa que todos tendrán en cuenta para no dar por perdido el campeonato. La lucha dentro de boxes está servida. Más motivado que nunca, Nico Rosberg no dejará escapar la oportunidad de hacer historia en Mercedes pese a tener a Schumacher de compañero de filas; Button, como ya hizo Alonso en 2007, buscará con su corona nuevos retos junto a otro campeón, Hamilton, con el que luchará dentro y fuera del garaje. Y Massa, que ya rozó el título, no cejará en su empeño, aunque tenga al lado a la gran apuesta de Montezemolo.
Camuflado entre campeones esperará Sebastian Vettel, el más liberado de presiones. Nadie duda ya de su talento. El pupilo de Adrian Newey deslumbró logrando el subcampeonato por delante de Rubens Barrichello, pero quiere más. Así, a falta de sorpresas, la F-1 acabará con el tedio del pasado campeonato. 2010 promete alto voltaje.