El Valencia ha pasado a depender de sí mismo para disputar los dieciseisavos de final de la Liga Europa tras ganar al Lille francés por 3-1 en el mejor partido que el equipo de Unai Emery ha disputado en la Euroliga.
El conjunto blanquinegro salió decidido en busca de la portería defendida por Landreau. Y muy pronto lograron su recompensa. Antes de los tres minutos de juego, una buena jugada de ataque acabó con el 1-0, marcado por Joaquín. Pero el Valencia no paró ahí. Banega y, sobre todo, Mata, en el minuto nueve, pudieron ampliar la ventaja. Especialmente clara fue la ocasión de Mata. Sólo el larguero impidió que el balón se alojara cerca de la escuadra.
Hasta pasado el cuarto de hora de juego no se metió en la onda el Lille. Fue a partir de entonces cuando empezó a tener posesión del balón y a acercarse con una cierta frecuencia, aunque sin mucho peligro, a la meta de Moyá.
Pero justo cuando los franceses parecían hacerse con la manija, el Valencia le dio una sonora bofetada a sus ilusiones en forma de gol. Un excepcional pase de Marchena permitió que Joaquín hiciera el 2-0. El 'Pisha' desborda por velocidad, se queda sólo ante el portero, controla con la izquierda y chuta fuerte y raso sorprendiendo a defensa y portero.
A partir de ese tanto, el equipo local recuperó el timón del juego y dispuso de alguna oportunidad para ampliar todavía más la cuenta ante un Lille que sólo creaba peligro (por llamarlo de alguna manera) a balón parado en faltas y córners.
El Lille introdujo dos cambios en el descanso para tratar de ser más ofensivo. Se jugó el todo por el todo el técnico Rudy García. Avanzó líneas, y quiso encerrar al Valencia.
Amagó, pero quien golpeó fue, nuevamente, el Valencia. Fruto de la segunda acción a la contra de que dispuso en el segundo periodo llegó el 3-0. Fue tras un despeje de Bruno que Mata en velocidad aprovechó para deshacerse de dos contrarios con un recorte precioso y marcar ante un impotente Landreau.
El Valencia había encarrilado el encuentro con mucha comodidad de la esperada y con media hora de partido por delante, bajó el pistón dejando pasar los minutos con el único objetivo de no encajar goles.
Todo iba a pedir de boca, incluso Emery le dio a Manuel Fernandes la oportunidad de volver a sentirse futbolista (jugó los últimos minutos), pero todo cambió en el descuento. Fue como si a los jugadores del Valencia se les fundieran los plomos, porque el descuento fue un cúmulo de despropósitos. Marcó el Lille en una jugada donde Moyà salió mal, la defensa no atinó a despejar y Chedjou marcó desde el área pequeña.
Pero es que no llegó el 3-2 de puro milagro debido a que la defensa del Valencia fue un plan y parecía que los franceses jugaban solos. Afortunadamente, no hubo tiempo para sustos y el Valencia sumó tres puntos justos y más que merecidos.