Le llamaron...y le encontraron. Fernando Torres debió convivir con numerosos rumores sobre su bajo estado de forma en la Premier y sobre su sequía goleadora. Hasta que el español se hartó y decidió silenciar las críticas con un doblete delicioso.
El delantero fue el gran protagonista del tercer triunfo al hilo del Liverpool, que le permitió al equipo Red recortar la distancia con el líder Chelsea y sumarse al tren de los escoltas.
El duelo tuvo un desarrollo demasiado complicado para los conducidos por Rafa Benítez. Si bien Benayoun realizó buenas sociedades con Gerrard y Mascherano controló el centro del campo casi sin la ayuda de Lucas Leiva, el equipo de Anfield encontró dificultades para sostener la ventaja, a lo largo del partido.
El cero en el marcador se rompió a los 20 minutos, cuando el propio Torres logró introducirse en el área sobre la izquierda y, ante la salida del portero, definió con la punta del pie al primer palo. Su gesto técnico demostró que su ambición goleadora aún se mantiene intacta.
Pero el West Ham reaccionó rápido y llegó al empate mediante un polémico penalti cometido por Carragher sobre Hines. El autor del tanto fue Diamanti, quien se resbaló en el momento de ejecutar el disparo y estuvo cerca de fallarlo.
Así, el Liverpool volvió a marcar la diferencia mediante un nuevo tanto de Dirk Kuyt, pero la alegría apenas duró cuatro minutos, ya que Cole igualó de cabeza, a segundos de llegar al descanso.
El segundo tiempo representó un monólogo de los visitantes. Los Hammers retrocedieron demasiado en su propio campo y terminó pagando su inocencia.
A falta de 15 minutos para el final del partido, Ryan Babel lanzó un preciso centro desde la derecha y encontró la cabeza de Torres, quien cerró la noche con una alegría doble.
Volvió el Liverpool y volvió el 'Niño', una combinación letal para cualquier rival de la Premier League.