Hace tres meses, en el polvo de ladrillo de París, Juan Martín del Potro sacó una ventaja 2-1 en sets contra
Roger Federer en su primera semifinal en un Grand Slam. Pero el partido se le escapó al argentino ante el suizo y masticando mucha frustración le dijo adiós a Roland Garros. Y ahora quiere revancha, ante cualquier rival.
Del Potro está de vuelta en una semifinal de una cita grande, ahora en el Abierto de Estados Unidos, y
la espiral en alza de su tenis sólo hacer pensar que el próximo límite a superar es entreverarse en una final.
De momento, el gigante de 1,98 metro ignoraba la identidad de su siguiente rival debido a que la lluvia no permitía que se completase el duelo de cuartos de final entre el español Rafael Nadal y el chileno Fernando González.
"Da igual quien me toca", dijo Del Potro sobre si tenía preferencias de rival en las semifinales.
"Todos saben de la clase de Rafa. Este es el único major que le falta y le tiene muchas ganas.
Fernando tiene un juego que me molesta y es un jugador que no se achica por nada y tiene personalidad".