Silvio Berlusconi tiene una ardua tarea por delante. El propietario del Milan quiere cambiar casi por completo la imagen de un equipo que está de capa caída, cada vez más cuestionado por su afición y que, además, debe soportar como su gran rival, el Inter, vive días de gloria tras la consecución de la Liga, Copa y Champions League. La revolución es inevitable y el dirigente ya ha esbozado las líneas maestras a seguir. Apoyo a la cantera, reducción drástica de las altas fichas de la actual plantilla y apuesta por un futbolista mediático capaz de devolver el interés mundial por la entidad.
Berlusconi quiere incorporar un crack en la campaña 2010-11. No es una afirmación gratuita. Se trata de una solemne promesa que el dirigente hizo pública hace sólo unos días con motivo de la presentación de un grupo de sponsors que acompañarán al Milan en las próximas campañas. “La próxima temporada habrá una sorpresa y ficharé a un crack”, manifestó.
En los últimos días, el ‘mercato’ originado alrededor del vestuario milanista no cesa de arrojar novedades. Dzeko (Wolfsburgo), Ganso (Santos) o Krasic (CSKA) ya han sonado a futuribles, pero las operaciones no parecen tener mayor fundamento. Berlusconi guarda silencio, no da pistas a la prensa sobre sus preferencias, aunque su reducido entorno sí se atreve a poner nombre y apellido al gran sueño de ‘Il Cavaliere’: Zlatan Ibrahimovic.
Berlusconi pertenece a la vieja guardia. Defiende que la gloria, la popularidad y la resonancia mediática pasa por el ‘nueve clásico’. Y el Milan necesita un delantero centro como el aire que respira. Por si fuera poco, Ibra reúne un requisito que en estos momentos no tiene precio. El sueco dejó un gran recuerdo en la afición del Inter y su fichaje significaría un golpe brutal en la línea de flotación de Moratti.
El presidente de la República quiere resolver cuestiones previas importantes antes de dar el gran paso en la contratación de Zlatan. En primer lugar, deberá hacer pública la contratación del nuevo técnico. Max Allegri es el elegido y su presentación no deberá demorarse en exceso. A continuación, Berlusconi ha insistido en la necesidad de ascender de inmediato a cuatro o cinco canteranos y aliviar la pesada nómina del vestuario. Fuentes del Milan indican que la exigencia pasa por reducir en 40 millones de euros la carga de la plantilla. El diseño de la revolución ya está en marcha y sólo falta ir encajando los numerosos mimbres que andan sueltos.
La austeridad económica marcará la pauta inicial. Berlusconi sabe moverse con habilidad en un tablero de juego con numerosos frentes abiertos. El director deportivo, Ariedo Braida, y su hombre de confianza, Adriano Galliani, ya trabajan en la concreción de las primeras medidas reales. Max Allegri, por supuesto, ha dado el visto bueno a las operaciones. Firmará en breve y ya asistirá a las presentaciones de varios jugadores cuyo coste será muy reducido, incluso cero.
Una vez concretadas las primeras incorporaciones y selladas diversas salidas, con el mercado más madurado, será el momento de hablara sobre Ibrahimovic. No corre prisa, entre otras cosas porque todas las partes implicadas están al corriente. El Barça lo sabe, Zlatan está a la espera de acontecimientos y tampoco se presume que haya excesivas interferencias en un mercado en el que muy pocos clubs pueden llamar a las puertas del Barcelona. En este apartado, Ibra ha descartado cualquier alternativa procedente de la Premier salvo que la oferta económica sea descomunal.
Toca guardar silencio a los directamente implicados y dejar que sea el entorno el que se encargue de ganar tiempo y desmentir cualquier contacto oficial. No es de extrañar que casi a diario, el asesor del delantero nórdico, Mino Raiola, salga a la luz negando cualquier contacto con el Milan u otro club. “Ibrahimovic se queda en el Barcelona y no se siente en el mercado. Ya han hablado dos personas como Laporta y Begiristain para decir que Ibra es un futbolista que no se vende”. Tanto el presidente como el secretario técnico azulgranas esperan noticias de Berlusconi. El dirigente, hasta la fecha, no les ha fallado.