A sus 35 años, Martínez (Balaguer, Lérida, 1973) puede ya presumir de ser uno de los entrenadores más respetados
y de mayor proyección en la exigente competición inglesa.
El Wigan es un club que conoce de arriba abajo. A él llegó en el verano de 95 como jugador con sus compañeros
del Zaragoza B Seba e Isidro Díaz, a los que los aficionados pusieron como mote "The three amigos" y allí militó
durante seis temporadas.
Conoce a fondo el fútbol inglés y ha obrado maravillas con el Swansea.
Han pasado 14 años desde entonces y su misión, ahora, es diferente. Convertido en el nuevo "míster" de los Lactics,
su debut como dirigente técnico no se produjo en el campo del equipo, el JJB Stadium, sino en Villa Park,
feudo de la plantilla que entrena otro de los técnicos más admirados del fútbol británico, el irlandés Martin O''Neill
Su nombramiento responde a un capricho del presidente de la entidad, Dave Whelan, que quiso que fuera Roberto
el sustituto de Steve Bruce, quien se marchó al Sunderland.
Para conseguir al español, el Wigan abonó 2 millones de libras al Swansea, un club que Martínez transformó.
En sus dos años al frente de esa formación, el entrenador español logró su ascenso de la tercera a la segunda división
e hizo que el conjunto concluyera en octava posición de la tabla durante el pasado curso.