Como se esperaba, José Mourinho habló mucho de la Champions y poco del Real Madrid. Se mostró esquivo sobre su futuro, aunque dejó algunas pistas. "Después del partido de mañana, vida nueva para todos. Vacaciones, Mundial.... No tengo más presión por jugar en Madrid. Sentiré la habitual por la mañana. Me subirá la temperatura, se me acelerará el corazón y luego llegaré al estadio y ya no tendré tensión, porque ése es mi hábitat natural y allí hago lo que me gusta".
"Quien juega una final no puede pensar en otra cosa, porque es algo muy bonito. Sólo pienso en el partido de mañana como un sueño, no como una obsesión", dijo, en un segundo regate a una pregunta sobre el Madrid.
Y a la tercera también estuvo esquivo: "No sé si es una obsesión por la Décima en el Real. No conozco el club, ni su filosofía, ni sus ambiciones, ni su nuevo proyecto, ni estoy preocupado en conocerlo hoy. Sólo conozco su historia. En cuanto al comportamiento del Madrid durante nuestra estancia, nos hemos sentido como en casa. Han tenido una gran amabilidad".
"No lloraré"
"No lloraré cuando acabe el partido, porque no tendré la sensación de que es mi último partido. Sí lo haría si hace tres o cuatro semanas hubiese tomado la decisión de irme, porque no es fácil dejar amigos y compañeros de tantas batallas. Al acabar la campaña 2003-2004 sabía era mi último partido en el Oporto e iba al Chelsea. Hoy no puedo decir lo mismo", continuó.
El técnico también habló de Van Gaal: "Lo más importante han sido los tres años en que estuvimos juntos, en los que mi casa y la suya estaban a cincuenta metros. Trabajábamos 24 horas. La relación era especial. Fue un placer colaborar con él, porque es una persona honesta. Yo trabajaba como un animal, pero con sumo gusto. Y es que para llegar aquí hay que trabajar muchísimo. Sólo puedo hablar bien de nuestra relación después de trece años".
Mourinho reconoció haber hablado con el holandés, pero luego estuvo ácido al preguntársele por unas declaraciones de éste en las que acusaba al Inter de defensivo: "No ha visto muchos partidos del Inter, lo que es una contradicción porque cuando trabajábamos juntos veíamos cuatro o cinco encuentros del adversario. Ahora parece que sólo ha visto el partido de Barcelona, no los del Rubin Kazan, el CSKA o el Chelsea. Eso me deja satisfecho".
El árbitro
Y también rebatió las dudas de Van Gaal sobre el colegiado: "El Inter llega a la final tras jugar en Barcelona 60 minutos con diez. Esto es más decisivo que cualquier jugada dudosa durante un partido. Lo que pasara en el Bayern-Fiorentina o en el Manchester-Bayern no significa nada porque no hay ley de la compensación aunque hayan recibido ayuda. Y tampoco se tendrá en cuenta que nosotros hayamos sido perjudicados contra el Barça. El árbitro también quiere ganar. Hará un gran trabajo. Tengo fe en él".
Mourinho tampoco considera que Inter represente al fútbol italiano por el hecho de defender una plaza en Champions que está en peligro: "No conozco ningún seguidor del Benfica que anime al Oporto. Seguro que el aficionado corriente de Juve o Milán estará con el Bayern. Es lo normal. Los del Madrid no creo que estén tristes porque el Barça no esté en la final".
También le preguntaron por el recado que dejó en el oído de Guardiola durante el duelo del Camp Nou, pero no lo reveló: "No fue nada ofensivo ni agresivo, nada que pudiera causar un problema con una persona a la que conozco y respeto. No dije nada importante".
Por último, comentó que le gustaría conquistar el título "para hacer feliz a Moratti, cuyo padre ya conquistó el título como presidente", dijo que no hay ninguna fiesta preparada "aunque sé que el Bayern sí la ha organizado" y recibió una corona, regaló de un periodista, al que correspondió entregándole su chaqueta del chándal. "Hoy no me pondré esta corona. Mañana, quizá sí", concluyó.