Los Angeles Lakers colocaron el 2-0 en la serie frente a los Phoenix Suns con una victoria por 124-112 marcada por la apabullante actuación de Pau Gasol, que fue de menos a más hasta convertirse su verdugo.
Kobe Bryant optó hoy por repartir juego y acabó con 21 puntos y 13 asistencias, récord personal en "playoffs".
Lamar Odom volvió a estar espectacular, con 17 puntos y 11 rebotes. Por los Suns destacaron Jason Richardson, con 27 puntos, y Grant Hill, con 23. Steve Nash se a los 11 tantos y 15 asistencias.
Tal y como se esperaba, Phoenix ofreció otra cara tras la paliza del primer encuentro. Desde el comienzo se vio una mayor intensidad y concentración en sus jugadores. Stoudemire enlazó los seis primeros puntos de los suyos y Nash repartió cinco asistencias en apenas cuatro minutos.
Pero los Lakers no se sorprendieron y respondieron con un activo Ron Artest y el inefable Bryant, que comandaron el ataque local para conseguir las primeras rentas (25-16) pese a que Gasol empezó algo espeso en la zona. Los Suns respondieron desde el perímetro a través de Nash y Richardson, un peligro permanente.
Gasol, que lucía un ojo morado producto de un golpe de Grant Hill el lunes, fue despertando con una canasta en la zona y una asistencia de lujo a Odom, antes de que Artest finiquitara el primer cuarto con un triple (36-24). El Staples ovacionaba a los suyos, aunque no por mucho tiempo.
Secundarios como Jordan Farmar y Shannon Brown mantuvieron por instantes la brega y la rapidez en la ofensiva local, pero los Suns reaccionaron con un quinteto formado por jugadores del banquillo.
La entrada en cancha de Goran Dragic, Leandro Barbosa, Louis Amundson, Jared Dudley y Channing Frye puso otra marcha al duelo y espoleó a los de Alvin Gentry hasta acercarse a tres puntos (41-38). Phil Jackson dio un toque de atención. Suficiente para que los suyos captaran el mensaje y volvieran a lanzarse a por el partido (58-45) con un Andrew Bynum muy mejorado de sus problemas en la rodilla izquierda.
Con 65-56 al descanso, los Lakers salieron relajados en la segunda mitad. Todo lo contrario que los Suns, conjurados en el vestuario para ir a muerte a por el encuentro. Richardson anotó siete puntos consecutivos y volvió a poner a su rival sobre aviso.
Gasol dio la cara y con un estruendoso mate levantó de nuevo a sus compañeros en unos minutos de gran baloncesto y jugadas vertiginosas por ambas partes. Ese intercambio de golpes resultó finalmente positivo para Phoenix, que volvía a amenazar seriamente (86-86) con un Hill imparable en los minutos finales del tercer cuarto.
Con tablas en el marcador (90-90) y doce minutos por jugar, Farmar abrió fuego con un triple y Gasol continuó bajo aros. Phoenix no se arredró y recurrió a los triples de Dudley, que sorprendentemente encontraron respuesta en los lanzamientos exteriores de Farmar, mientras Bryant descansaba.
Y con el regreso del 24 a la pista los Lakers comenzaron a zanjar el asunto. Bryant se echó el equipo a la espalda; asistió a Gasol para que anotase una canasta con intríngulis que provocó la ovación de la grada y después anotó sendos tiros libres para allanar definitivamente la victoria (110-97, a falta de cinco minutos).
En los instantes finales Phoenix fue devorado por el acierto de Bryant y los centímetros de los californianos. Los Suns se vinieron abajo y tiraron por la borda la labor realizada hasta entonces. Y todo porque los Lakers siguieron la máxima de balones dentro. Gasol siempre lo ha reclamado. Y ahí están los frutos.