Después de sufrir por el empate de San Luis, Estudiantes despachó a los mexicanos por 3-1 (global de 4-1) y clasificó a los cuartos de final. Firme en la Copa y líder en el Clausura.
Por algo es el campeón. Y cuando lo ponen contra la pared, saca su chapa. Así es Estudiantes. Que arrancó tranquilo con el 1-0 en México, más la ventaja que le dio Leandro González de arranque en Quilmes, pero el ambiente cambió con el empate de San Luis. Ahí apareció Leandro Benítez, que con dos zurdazos, decretó el 3-1 (4-1) en el global y el boleto a los cuartos de final, espera por Banfield o Inter de Porto Alegre.
El 1-0 en tierra mexicana, cuidando varios nombres importantes (no jugaron Verón, Boselli...), le dio mucho aire para la revancha. Terminó de ser puro con el 1-0 tempranero de Leandro González (también la metió en la ida) a los cuatro minutos de partido. Pero se contaminó en poco tiempo. Sólo tres minutos después, el Maestrico González desbordó y se la dio a De La Torre para un empate que complicó al Pincha. Ese 1-1 era peor que el 0-0 del arranque, ya que cualquier derrota clasificaba a San Luis...y se sufrió.
En el segundo tiempo apareció el temple de un equipo hecho y derecho, con grandes cabezas adentro y afuera de la cancha. Así piso más fuerte en Quilmes y de la mano de Leandro Benítez sentenció una serie que no se tendría que haber complicado. El zurdo se la robó a un defensor y definió de cara interna para el 2-1 y después metió un tres dedos, con complicidad de Trejo, arquero de San Luis, y liquidó el partido y la serie. Ahora el Pincha espera por el vencedor de Banfield-Internacional (la ida fue 3-1 para el Taladro), que se define mañana en Porto Alegre. Y, además, depende de sí mismo en el Clausura. Es el equipo del año. Pincha acá, allá...en todos lados.