Sevilla ha empujado esta tarde a Manuel Jesús El Cid, que ha dado una vuelta al ruedo en el decimotercer festejo de la Feria de Abril. El torero sevillano ha hecho un esfuerzo frente a un toro encastado de La Ventana de El Puerto, el quinto, un buen ejemplar que embistió con pujanza, humillación y largura. La Maestranza le dio su apoyo moral en una faena que no pudo ser todo lo brillante y maciza que el diestro y el público esperaban pero en la que el público supo ver la actitud del matador. Antes El Cid recogió una ovación frente al segundo, un toro con transmisión que duró poco, mientras que Alejandro Talavante también fue ovacionado tras pasaportar al tercero, al que hilvanó retazos de buen toreo al natural. Enrique Ponce apenas tuvo opción con un mal lote de sobreros en una corrida de juego desigual.
El Cid hizo un esfuerzo con aquel ejemplar, un enrazado toro de la Ventana de El Puerto que tuvo mucha emoción en una faena que no pudo redondear como el torero hubiera querido. Pero el público apreció su actitud y le pegó un empujón anímico dejándole ver que estaba de su parte. De su actuación destacó la lentitud con la que ejecutó la estocada tocando abajo y esperando a que el toro descubriera para meter la espada, que aunque cayó desprendida, fue fulminante. El segundo fue un toro con transmisión al que El Cid instrumentó series cortas hasta que el animal se refugió en tablas. La Maestranza arropó al diestro con una ovación con saludos.