Hay un dicho que asegura que ´cuando dos no quieren uno no se pelea´ y es perfectamente aplicable en su contrario, es decir, si dos partes quieren llegar a un acuerdo, tarde o temprano llegan a un acuerdo. Desde esta premisa de aplastante y lógica simplicidad se puede asegurar que César Sánchez renovará con el Valencia por una temporada más. ¿Por qué? Porque así lo quiere el Valencia y porque así lo quiere él. Ni más, ni menos.
Esa es la noticia a día de hoy; que las dos partes —es decir, el Valencia y los representantes del jugador— han mostrado en diferentes ocasiones su predisposición total a renovar el contrato de César y por lo tanto, sólo queda encontrar el momento idóneo para ello. Y bien podría ser a partir de un par de semanas, una vez el equipo no tenga compromisos entre semana, si bien si supera la eliminatoria ante el Atlético de Madrid, los va a seguir teniendo. En cualquier caso, la fecha para las negociaciones propiamente dichas no se ha fijado, pero se fijará. Es cuestión de tiempo aunque no se preven unas negociaciones excesivamente duras. Hasta el momento, negociaciones propiamente dichas no ha habido, tan solo conversaciones tras las que se puede decir abiertamente que todo está a punto para la renovación de César.
La de César es una renovación natural y aplaudida por todos los sectores del valencianismo, tanto es así, que el propio club se muestra partidario dado que es el propio futbolista quien se lo ha ganado sobre el terreno de juego y ante esa realidad, no queda otra que la negociación. Pero esa es una primera realidad deportiva. Hay más realidades. Sin ir más lejos, la realidad económica. En el sentido económico, la renovación de César también se puede considerar natural, es decir, ¿de dónde saca el Valencia un portero que le garantice un rendimiento deportivo como el que está dando César y al precio que costaría simplemente firmarle o mejorar —porque se lo ha ganado en el campo— lo mismo que firmó hace aproximadamente diez meses? El mercado de porteros y la situación económica dicen que ese portero no existe. Mejor dicho, sí existe, se llama César Sánchez y juega en el Valencia.
Obviamente, no todos los aspectos son positivos en esta operación, hay algunas variables que el club debe manejar también y fundamentalmente se reduce a una; la edad del jugador. César nació el 2 de septiembre de 1971 y tiene por lo tanto 38 años y cumplirá 39 al poco de comenzar oficialmente la temporada que viene. En favor de César, cabe decir que no se trata de un portero físico, muy al contrario, basa su buen momento en su inteligencia bajo palos. A pesar de ello, el Valencia sabe que la única manera que tiene de tratar de averiguar cómo estará César entonces, es comprobar su estado de forma actual. Y ahí César vuelve a salir ganando. El portero de Coria comenzó la temporada como suplente pero en cuanto tuvo la oportunidad, en el partido de la primera vuelta ante el Racing en Santander, no la soltó. Desde entonces, su rendimiento ha ido paulatinamente en aumento hasta el partido de Bremen —se hizo también con la titularidad en la Euroliga, en el partido de vuelta ante el Brujas—, choque en el que una espectacular actuación suya, unidos a los tres goles del Guaje y otro de Mata, clasificaron al Valencia para los cuartos de final de la Euroliga.
De todas formas, en la futura renovación de César lo que no se va a repetir es lo que sucedió el verano pasado, que una vez estaba apalabrado que el portero extremeño seguiría una temporada más, la llegada de Llorente y la opinión de Emery hicieron que el Valencia priorizara el fichaje de Moyà a la renovación de César. Al final sucedieron las dos cosas y quien salió del Valencia fue el brasileño Renan.