Esta tarde voy a apretar un poco más ya veréis". Con una sonrisa de oreja a oreja, Pedro de la Rosa nos contaba sus buenas sensaciones con el nuevo monoplaza y salía en su blanco BMW Sauber a romper los cronos. Durante casi todo el día fue el más veloz, y sólo en la última media hora un atacón final de Massa le quitó la primera plaza. Cargas de combustible aparte, el coche suizo ya es mucho mejor que su predecesor. Como el Ferrari que mañana llevará Fernando Alonso, que está en otro mundo respecto al F60 y ayer ya metió miedo a sus rivales.
La clave es su arriesgado e innovador difusor trasero, que es ancho y rectangular en su parte inferior y está coronado por un semicírculo que envía el aire a la parte inferior del alerón trasero. Es decir, han reinterpretado el concepto de Brawn y el resultado es un coche mucho más fácil de pilotar que el anterior. Tiene mucha más carga aerodinámica y Massa rodó con regularidad en 1:13 bajo en las tandas de diez vueltas. A pie de pista, el brasileño no contravolanteaba apenas. Hace dos meses, en las finales Ferrari, sus derrapes sobre el F60 recordaron a los de Sebastien Loeb.
Según ha podido saber AS, el otro aspecto que la Scuderia ya ha solucionado es el del consumo. Gracias al trabajo de Shell y los ingenieros de la marca el propulsor está a la altura de Mercedes y Renault. El gasto registrado ayer fue muy positivo. El nuevo Ferrari tuvo algunos problemillas de juventud, pero nada importante. Y Schumacher, tercero en su regreso, ganó a la primera a Rosberg.