En el seno del cuerpo técnico y dentro del vestuario del Valencia existe cierta preocupación porque el miércoles aguarda, como dijo David Villa, la «primera final de la temporada» y lo hace frente a un Lille que llega en su mejor momento de la temporada. En los dos próximos partidos los de Unai Emery se juegan el ser o no ser en Europa y la primera parada en busca de los dieciseisavos de final será frente a un equipo más fuerte y consolidado que el que le recibió en Francia en la primera jornada del grupo B de la Euroliga.
Les Dogues —Los Dogos, como se conoce en su país al equipo francés por la imagen de este perro en su escudo— lograron empatar (1-1) con el Valencia el pasado 17 de septiembre en el Villeneuve d´Asq, merced a un error defensivo. Los de Emery fueron superiores, pero se desenchufaron en la parte final y lo pagaron perdiendo dos puntos. Ahora, dos meses y medio después, el conjunto entrenado por Rudi García llegará a la capital del Túria con mejores resultados y más efectivos que entonces.
Unai Emery, consciente de la mejora de los galos en el último mes, tanto en la Ligue 1 como en la Euroliga, reclama ya a los suyos la máxima concentración para sumar los tres puntos, ya que un nuevo empate complicaría sobremanera la clasificación, teniendo que deberían visitar en la última jornada al Genoa en tierras italianas a la desesperada.
Desde que el 31 de octubre los de García se impusieron 0-2 al Grenoble han encontrado la regularidad que se les resistía a principio de temporada. En los siguientes partidos el Lille noqueó al campeón del año anterior, el Girondins de Burdeos (2-0), y este domingo al Valenciennes con un contundente 4-0. Les Dogues sólo sufrieron un pinchazo, la derrota en Montpellier. Una traspié inmerecido como consecuencia de la falta de acierto en las ocasiones creadas. Una fortaleza que también ha mostrado el Lille en los dos partidos frente al Genoa disputados en la Euroliga. En Italia cayó 3-2 in extremis en el descuento, mientras que en Francia goleó al cuadro genovés (3-0).
Landreau, Béria y Cabaye
En la recuperación del Lille, que ha dejado atrás la irregularidad de principio de curso y aspira a las plazas europeas en su liga, fueron básicos tres hombres. El meta internacional Landreau ha superado sus problemas físicos para rendir de nuevo a buen nivel y relegar a Butelle a la suplencia. El lateral derecho Béria, por su parte, se ha adaptado al carril izquierdo para solventar los problemas del inicio. Sin ir más lejos, en el primer partido Joaquín hizo mucho al lateral diestro aquel día, Emerson. Por último, Cabaye, el hombre de más calidad en la medular, se ha reencontrado con su mejor fútbol después de arreglar las discrepancias con el club y con el propio entrenador.