Andre Agassi, ex número uno del mundo, oro en Atenas 1996 y ganador de ocho Grand Slams, confiesa en su libro autobiográfico Open: an Autobiography (que saldrá a la venta el próximo 9 de noviembre), que consumió cristal -metanfetamina- en 1997. Su ayudante, identificado como Slim, fue el que le introdujo en el mundo de la droga: "Slim puso un pequeño montón de polvo en la mesa de café, cortó una raya y aspiró por la nariz. Cortó de nuevo y yo hice lo mismo. Luego me fui al sofá y consideré que había cruzado el Rubicón".
Agassi detalla su experiencia con el cristal: "Tras consumir, experimenté un momento de culpabilidad. Lloré, pero limpié mi casa de arriba abajo. Luego llegó una oleada de euforia que barrió cada pensamiento negativo de mi cabeza. Nunca me había sentido tan vivo, tan lleno de esperanzas. Nunca había desprendido tanta energía".
Semanas después, Agassi recibió una llamada de un médico que trabajaba para la ATP, quien le comunicó que no había superado un control antidopaje. Acto seguido Agassi envió una carta a la ATP plagada de mentiras para limpiar su nombre: "Mi carrera estaba en juego. Me dijeron que Slim, a quien ya había despedido, era un conocido consumidor de cristal, y que a menudo mezclaba las bebidas con la metanfetamina, así que dije que recientemente había ingerido por error uno de los refrescos de Slim que contenía la droga. Pedí comprensión e indulgencia. Me sentía avergonzado, por supuesto, y me prometí que esa mentira era el final de todo lo negativo que había hecho". La ATP mordió el anzuelo, y retiró y silenció el positivo de Andre Agassi.