La increíble historia del 'expediente X' del Real Madrid

Hasta hace cuatro años no había jugado baloncesto organizado · Tras ser el máximo taponador de la LEB Plata no recibió ni una oferta interesante, por lo que se fue a la NBA · Hizo un 'triple doble' en la NBDL Cheikh Samb ha sido casi toda su vida el patito feo de su hermano pequeño, Mamadou, perla de la cantera del Barça. Muy poca gente lo ha visto jugar y es una de las grandes incógnitas del basket mundial, pero en su primera jugada como madridista puso dos tapones que ya impresionan. Ésta es su increíble historia.Mi hermano es como Dwight Howard, ya lo verás”, dice Mamadou
“Mi hermano es como Dwight Howard, ya lo verás”, decía Mamadou Samb, jugador del Barça que juega en el vinculado Cornellá de LEB Plata, sobre Cheikh, de 24 años y 2,16 metros de puro músculo, ése jugador desconocido. Mamadou es ciudadano español por carta de naturaleza (básicamente, el Barça y la FEB solicitaron al Consejo de Ministros su nacionalización por su valía deportiva -por lo que aportará a nuestra selección- y se la dieron), pero por Cheikh nadie ha movido nunca un dedo. Igual que cuando fichó por el Barça, que iba 'en el pack' con su hermano. Igual que casi siempre.

Su historia va pareja a la de Mamadou, 'Paco' para los amigos: los directivos del Arona, un club canario de basket de base famoso por traer jugadores extranjeros y competir al máximo nivel con ellos, se fijaron en Mamadou, un cadete de una pinta increíble. Los padres del niño tenían miedo de qué podía pasarle fuera de su apís, así que lo mandaron con el nuevo jugador del Real Madrid, que había empezado a jugar al baloncesto de casualidad, con 18 años, por aquello de que ya medía 2,12 metros.
Este verano el Barça le ofreció jugar la Euroliga con ellos
Mientras la carrera del hermano pequeño empezaba a tomar color, la del mayor se extraviaba: al ser el Arona sólo un club de categorías inferiores, no había equipo para Cheikh, ya en edad senior. Así que entrenó con el Tenerife de LEB, sin mayores éxitos, porque antes sólo había jugado en la calle. Seguía sin desarrollarse en el baloncesto organizado. Ya tenía 20 años.

Luego apareció el Barcelona para llevarse a Mamadou, una vez más, y Cheikh encontró su sitio en el Cornellá de la LEB Plata. Sin saber demasiado de baloncesto 'cinco contra cinco', sus increíbles condiciones físicas lo llevaron a ser el máximo taponador de la competición en su segundo año. Y apareció la NBA: en 2005, los Lakers lo elegían en la segunda ronda y traspasaban sus derechos a los Pistons.
Sus números en la NBDL sus números son más que reseñables: 13,1 puntos, 7,1 rebotes y 3,9 tapones por partido
Cheikh no pensaba en irse en ese momento, pero nadie en España le hacía una oferta mínimamente aceptable, así que, curiosamente, 'no le quedó más remedio' que hacer las Américas: Detroit le ofreció un contrato garantizado de dos temporadas por 1,5 millones de dólares.

En dos temporadas, Cheikh ha jugado muy poco en la NBA (22 partidos entre Detroit, Denver, Clippers y Knicks; el pasado año tuvo dos contratos de 10 días con New York), pero en 29 partidos en la NBDL sus números son más que reseñables: 13,1 puntos, 7,1 rebotes y 3,9 tapones por partido. En febrero de 2008 sumó 12 puntos, 12 rebotes y 11 tapones en un partido, un espectacular 'triple doble'. Siempre acompañado por su mujer y su hijo, ha vivido los rigores de un 'journeyman' de libro en el basket estadounidense, aunque le ha servido para sumar 12 kilos de músculo a su corpachón.
En su primera acción como jugador del Madrid le puso dos tapones al 'Fuenla'
Este verano, Cheikh se vio de nuevo en tierra de nadie. Tras una reunión con el Regal Barcelona, el club azulgrana le ofreció un contrato para jugar la Euroliga con el equipo de Xavi Pascual, pero el jugador no lo quiso. Hasta que llegó el Madrid. La lesión de Tomas Van den Spiegel (que se teme que sea bastante más larga que las ocho semanas que en principio se estimaron) le abre un hueco, de momento por un mes, aunque con opción a ir renovando el vínculo.

En su primera jugada como madridista contra el Fuenlabrada en el Torneo de la CAM, dejó claro lo que sabe hacer: dos tapones nada más salir a la pista. Luego, un rebote y un tirito de cinco metros. “Nos va a ayudar”, dicen desde el equipo de Ettore Messina. Tras un par de entrenamientos completamente perdido (bajo de forma y con 'jet lag'), Samb empieza a carburar. Para jugar 10-15 minutos y defender, rebotear e intimidar le sirve al Madrid. Quizá, por fin, descubramos qué hay detrás de este 'expediente X' del baloncesto.