La Liga se estrena en Balaídos después del aperitivo copero y lo hace con un partido grande. Con dos equipos invictos, que han pasado ronda copera y que fueron víctimas del Granada, y sus artimañas, en el último play off de ascenso. El Celta - Elche es el mejor plato para abrir curso en el estadio vigués, pero también es una prueba de fuego para el equipo local, que por primera vez tendrá a un rival de postín enfrente.
Vigueses e ilicitanos han comenzado la Liga como un tiro, y los dos haciendo además gala de máxima rentabilidad en su juego. El Celta, por encima, jugando los dos primeros partidos del curso a domicilio. Pero la gran duda es la medida que el equipo de Paco Herrera dará ante un directo rival por el ascenso y en su feudo de Balaídos, principal responsable de frustrar el sueño de volver a Primera División el curso pasado.
Ante el Las Palmas, el pasado jueves, el cuadro vigués demostró que ha encontrado otros caminos para hacerse fuerte en casa. El contragolpe que tan buenos resultados le da a domicilio es una quimera como local, por eso se ha apuntado a la presión y a la circulación de balón a través de un cambio de sistema que deja al descubierto a un doble pivote definido a cambio de contar con cuatro hombres en la línea de vanguardia.
Una de las dudas para esta tarde es la respuesta física del equipo, que jugó un día después y tuvo 30 minutos extras de prórroga con respecto a los ilicitanos en la ronda copera; problema que se agrava teniendo en cuenta lo corto de efectivos que está el equipo atrás. Por ahí podrían llegar las novedades en el once además del cambio obligado del lesionado Bermejo.
Aunque Bellvís está rindiendo a un excelente nivel, lo lógico sería ver el regreso de Hugo Mallo tras su periplo con la sub 21. Lo mismo podía suceder con Túñez después de su aventura con la Vinotinto. El compostelano es el único que queda por debutar en partido oficial (además del lesionado Oier) y podría dar descanso a Catalá. Arriba, Iago Aspas con dos goles en otros tantos partidos tiene todas las bendiciones para salir de cara y convertir la posición de nueve en un galimatías para los centrales rivales.
El que permanecerá inalterable será el doble pivote con Bustos, inédito el jueves, y Natxo Insa convertido en un corredor de fondo. Oubiña estuvo a un excelente nivel pero dos partidos en cuatro días parecen una carga excesiva para el gran capitán.
La duda sobre la respuesta física cobra más magnitud conociendo el modus operandi de los equipos de Bordalás. Presión arriba, exquisita corrección defensiva y facilidad para hacer gol, por la vía del contragolpe pero también a balón parado con Edu Albácar como consumado especialista.