Parecía que la espera se había acabado. Que ya no habría más especulaciones. La selección más famosa del mundo, la de Brasil, había elegido a Muricy Ramalho como su nuevo seleccionador y le hizo una oferta concreta. Pero grande fue la sorpresa al escuchar de boca del míster que no abandonaría a su actual club, el Fluminense. Ramalho ha rechazado a la Canarinha.
A sus 54 años, Muricy tenía el desafío más importante de su carrera en los banquillos. Para ello, eso sí, debía rescindir el contrato que tenía firmado con el Fluminense de Rio de Janeiro, hasta 2012. Había incluso una cláusula que se podría haber activado si llegaba una oferta de la Confederación Brasileña de Fútbol para entrenar a la selección. Pero eso parece que no ocurrirá.
En la cúpula directiva del futebol brasileño había consenso: Muricy era el entrenador más apto para el cargo. Es un técnico muy reconocido a nivel local y el actual líder del Campeonato Brasileño con el Fluminense.
Además, Ramalho había entrenado a varios de los clubes grandes de Brasil. Se hizo muy famoso en los años noventa cuando formó el Expresinho, un joven equipo del Sao Paulo del que surgieron estrellas como Denílson o el meta Rogerio Ceni, y también pasó por el banquillo del Botafogo carioca, del inter de Porto Alegre y del Palmeiras de San Pablo, entre muchos otros clubes.
En la noche del jueves, el míster se había reunido de forma secreta con Ricardo Teixeira, el presidente de la Confederación Brasileña, y allí fue cuando le hicieron la oferta concreta. Pero luego, cuando Ramalho acudió a los directivos del Fluminense, les confirmó que seguiría con ellos. Que intentará cumplir hasta el final su contrato, hasta 2012. Un hombre de palabra.